Editorial.
La séptima tiene el nombre de Alberto Lleras Camargo porque, además de presidente, periodista y rector universitario, fue un prolífico y cauteloso parchador citadino. Uno de los hombres que más lo resalta es otro gran parchador, este más caribeño, pero igual de colombiano. García Márquez, que elogió varias veces las capacidades lingüísticas del estadista, también parchaba excesivamente con presidentes, abogados, arquitectos, empresarios y escritores, y también frecuentaba los toros. Durante el último mes, probablemente debido a las libertades que nos hemos tomado gracias a la leve carga académica típica de los inicios de semestre, se nos ha acusado, en nuestra función de consejo editorial de la Revista Bu!!a, de ser adictos a parchar. Si tales son las acusaciones, ¡nos declaramos culpables! El resto de esta editorial será una defensa verraca de nuestro derecho a la cerveza intrasemanal, a la conversación cachaca y al movimiento pendular, físico y social. Con ustedes los siguientes 3 puntos, cuyo preámbulo son aquellas líneas iniciales en las que nos referimos a esos grandes parchadores y, si quieren, esta también.
1. Ponerle finalidad a las cosas es cortarle las pelotas al plan.
Parchar se le dice a salir con varias personas con la intención de hacer algo ambiguo. Ir a un museo es parchar, uno no sabe que se vaya a encontrar. Ir a comer puede ser parchar. Mi punto es que puede haber indicaciones para el parche, pero nunca una finalidad clara. Salir con alguien para besuquearnos es caerle a alguien. Salir con alguien para insultarlo es ir a armársela. Definir muy bien las cosas, meterles burocracia, es hacer política, nada más. No quiero votar para ir a tomar cerveza. Dejen al parche ser fértil, déjenlo repartir su semilla por la ciudad.
2. Lo que más importa en esta vida es el amor.
El anterior viernes realizamos una rigurosa interrogación sociológica y psicológica en el consultorio de Juan Esteban Lozano. El proceso era el siguiente: una persona entraba al cuarto y le preguntamos, sin ningún contexto, qué era lo más importante en esta vida. Sometimos a esta prueba a la considerable muestra de 5 personas. Todas menos una, que no nos dió una respuesta clara, dijeron, sin temor a sonar cursis o trillados, que lo que más importa en esta vida es el amor. Algunos sujetos se atrevieron a llevar sus aseveraciones incluso más lejos y dijeron que lo único que importa en esta vida es el amor. No es irrazonable ni falaz, entonces, concluir no sólo que todas las personas creen que el amor es lo que más importa en esta vida, sino que también podemos afirmar, con el rigor epistemológico y la conciencia inafectadas, que el amor es el principio fundamental de la existencia.
Tras sacar eso del camino, nos atreveremos a establecer una segunda prueba, mucho más difícil. Parchar es al amor lo que un partido de fútbol es a meter un gol. El que no juega no la mete. Y el que no parcha, pues, tampoco. Las aplicaciones de citas nunca podrán reemplazar conocer a alguien porque es el amigo de una amiga del hermano del man que lo invitó a uno a jugar play a la casa. Parchar es como jugar ruleta, el que más parcha, al igual que el que más apuesta, más gana. No dejen que la woke mob les diga lo contrario.
3. Si no parcho me meto un tiro
Llevo parchando todos los fines de semana desde los doce años. He parchado con gente chévere en lugares chéveres. He parchado con gente maluca en lugares chéveres. He parchado con gente chévere en lugares malucos. He parchado con gente maluca en Abajo.
Parchar, para nosotros los entendidos, es como ir a clase. O pues, mejor metáfora es decir que es como ir a misa. No importa el sermón. No importa el tema. No importa que esté rodeado de las peores personas posibles, ni de sus amigos, o primos o hermanos. Lo importante es salir y hablar con dos o más personas. Si hay música ya es un éxito. Parchar es justo y necesario. Si no parcho me meto un tiro.
Sabemos que estos argumentos, si es que se les puede llamar así, son increíblemente flojos. Es culpa nuestra, estamos escribiendo esto a último minuto porque estuvimos parchando todo el mes. El único verdadero argumento que queremos presentarles es esta edición. Todo acá ha sido por y para el parche nuestro. Así que si me ven tomando cerveza a las 12 del día un miércoles, colaborenme con una venia.